miércoles, 28 de septiembre de 2011

LA LEYENDA DE JOHN HOLMES




Entre 1980 y 1988, la vida de John Holmes –el más famoso actor de la historia del cine porno- sufrió una serie de cambios terribles. Se convirtió en un adicto a la cocaína, estuvo envuelto en una sangrienta matanza, fue acusado de asesinato, encarcelado, enjuiciado y abandonado lentamente por los amigos y personas que significaron algo para él. Su final estuvo signado por el símbolo que caracterizó al fin del siglo 20: murió de sida. Pero antes de caer en desgracia y aun durante ese proceso, fue el dueño de un pene de 35 cms., tuvo sexo con 14.000 mujeres, y el actor porno más popular y mejor pago. Esta es su historia y su leyenda.    




Nunca fue fácil conocer a John Holmes verdadero. Fue un misterio aun para la gente que trabajó muy cerca de él. Es posible que quede en la Historia sólo por los números: durante trece años trabajó en casi 2.500 films y tuvo relaciones sexuales con unas 14.000 mujeres. Y nunca se preocupó porque su destino fuera otro.
Posiblemente haya sido el más grande y último ícono de una época y del género porno. Traci Lords, Vanessa del Rio, Jenna Jameson, Ron Jeremy  y Rocco Siffredi pudieron haber sido, pero por diferentes motivos nunca llegaron a igualarlo.
A caballo de la revolución sexual de los '70, en EE.UU., la industria del cine condicionado se hizo moda y sus actores y realizadores trascendieron al gran público como estrellas. Así, con el visto bueno del sistema los hacedores del cine porno se sintieron dioses que -como los del Hollywood tradicional- crearon un estilo de vida al compás de un estilo de cine.
Y John Holmes estuvo ahí. En el momento justo, en el lugar indicado... y con el pene más deseado. Sin proponérselo, Holmes simbolizó parte del sueño americano que dice “más grande es mejor”. Los productores que lo conocieron en los comienzos sabían que Holmes tenía algo que nadie tenía. Algo que para la industria del porno era más valioso que el oro. El fue el producto sexual perfecto para una sociedad que glorifica a los reyes y reinas de los tamaños. Sin embargo, parece ser que su enorme falo, ese envidiado por todos los hombres y fantaseado por todas las mujeres, fue su peor enemigo.




Empieza la leyenda
Oficialmente John Holmes nació en Ohio un 8 de agosto de 1944 como John Curtis Estes y dos años más tarde su nombre fue cambiado por John C. Holmes. Muchas veces el astro desmintió que la “C” fuese de Cocaina afirmando que pertenecía a Cash por “efectivo”. Hijo de padres separados, su madre era baptista fundamentalista fanática de la Biblia y su padre, alcohólico y violento. Para poner fin a una relación de degradación con su padrastro, a los 15 años se alistó en el ejercito para irse a Alemania. En 1962 pidió la baja, volvió a EE.UU., se fue a vivir a Los Angeles donde trabajó como conductor de ambulancias. Conoció a Sharon, una comprensiva enfermera con quién se casó en 1965 y de quién terminó divorciándose 17 años después, aunque la separación era un hecho mucho tiempo antes.
Una de las mentiras favoritas de Holmes fue la circunstancia de su iniciación sexual. Siempre contó que una atractiva y opulenta tía suiza se lo llevó a vivir a una mansión en Florida y que a los ocho años lo inició con una memorable fellatio. En realidad, poco se sabe de la infancia del astro, pero se duda de la existencia de algún pariente rico en su familia.
En su filmografía, como un guiño a la realidad o a la leyenda, existe una película histórica llamada Aunt Candy (Tía Candy) en la que comparte el rol protagónico con la exuberante y legendaria Candy Samples (de la factoria Russ Meyer), dando vida a un joven que es iniciado sexualmente por una tía muy “maternal” y calentona. Vale imaginarse el encuentro entre los 35 cms. de Holmes y los 140 de busto de la Samples. El sueño americano en marcha.
El master del cine condicionado solía contar que cobró u$s 100 por su primer corto porno y que fue introducido en el negocio por una vecina muy liberada sexualmente que conoció en la universidad. Otra mentira de Holmes.
Un célebre ex actor porno, William Margold, cuenta que en 1969 Holmes entró en el ambiente de casualidad y que cobró u$s 25 por día de filmación. 

          

En “John Holmes Superstud”, una especie de biografía repleta de fotografías de todas sus películas el actor cuenta: “Era nuevo en la ciudad y necesitaba dinero. Conocí a un tipo en un bar que me contó que estaba buscando a alguien para 'poner las bolas en cámara'. Cuando el director me vio rápidamente me dijo qué había que hacer. Debía interpretar a un vendedor ambulante. Golpeé una puerta y una chica -Giny- me abrió y me invitó a pasar. Ella estaba en bikini. Tuve una erección al verle el torso y entonces le saqué el corpiño y me puse a jugar con sus tetas. Entonces ella metió su mano en el pantalón buscando mi sexo. Tendrían que haber visto la expresión de su rostro cuando sintió y vio el tamaño de mi verga. Sus ojos no podía dar crédito a lo que veían y permaneció con la boca entreabierta. El director gritaba que siguiéramos. Ella se arrodilló y comenzó a trabajar con mi pene. Lo lamió, lo besó y le habló, hizo todo lo que una mujer puede hacer con un instrumento antes de empezar a chuparlo. El estudio de filmación completo estaba asombrado. Ella no estaba actuando. Lo estaba haciendo en serio. Después, cuando la penetré Giny gritaba como una poseída, totalmente fuera de libreto”.
En tanto, el director Bob Chin cuenta que John se presentó a una selección que él hacía. “Era un tipo delgado, escuálido, peinado estilo afro, poco atractivo y no pensaba contratarlo, hasta que él me dijo 'creo que lo reconsiderará', se bajó los pantalones y entonces lo reconsideré”.     
Estas escenas -alterada en algunos detalles- estan extraordinariamente representada en la excelente película Boogie Nights (Noches de placer), la mejor aproximación biográfica de John C.Holmes protagonizada por Mark Whalberg.




Los gozos y el trabajo
Lo hice con 14.000 mujeres y esto incluye mujeres que me pagaron, mujeres dentro y fuera de las películas, y mujeres a quien amé. Estuve en una orgía continua durante dos o tres años” contó Holmes.
En la pantalla tuvo relaciones y fue “degustado” por las mejores pornostars que trabajaron entre 1970 y 1986 y nadie pudo discutirle jamás su carisma y encanto. Ninguna actriz lo rechazó (aun las que temieron por el tamaño desmesurado de su pene) y todo el mundo sabía de su caballerosidad y galantería. “Fue el que mejor me la puso en mi vida” reconoció Seka, la leyenda femenina de la era del porno de oro. “Era difícil hacerle una fellatio a John, era como tratar de chupar el tubo de un teléfono , pero igual ese teléfono dentro mío era sumamente agradable; alguna vez  alguien me preguntó si yo fuí lo suficientemente explotada en este negocio y yo respondí: Eso sucedió cuando trabajé con John, si eso era explotación... por favor explótenme mas” afirmó la felatriz. En definitiva, en un ambiente duro en el que muchos actores son realmente desagradables, ninguna actriz lo rechazó (aun las que temieron por el tamaño desmesurado de su pene) y todo el mundo sabía de su caballerosidad y galantería.
Para quienes vieron un film o video de Holmes, hay que señalar que el actor no se caracterizaba por tener una erección “normal”. Hay que considerar que se necesita una considerable cantidad de sangre para “dar vida” a un órgano tan desarrollado. Sin dudas, esa era la razón por la que en muchas escenas el pene de Holmes estaba en la boca de la mujer o sostenida por una vagina o un ano. El necesitaba todo tipo de ayuda para vencer la gravedad.
El astro aseguró que “no podría hacer nada que no fuera normal o heterosexual y también admitió haber participado en escenas de bondage, sadomasoquismo y lluvias doradas”. Inclusive, existe un distribuidor que ofreció su primer y único film gay en 8 mm.                            
En los mejores momentos de su carrera se calcula que Holmes ganaba entre u$s 10.000 y 15.000 por film y que la realización de cada uno tomaba entre unos días y dos semanas, convirtiéndolo en la cara visible de decenas de éxitos que lo llevaron a ser el rey de las recaudaciones.
Sin embargo, raramente recibió un porcentaje sobre sus films. Que se volvieron a exhibir o editar en video decenas de veces. Algo similar ocurrió con las revistas que lo tuvieron como protagonista de explosiva sesiones fotográficas. Sólo percibió una ínfima porción sobre las miles y miles de revistas que se vendieron a u$s 10 el ejemplar.
El decía que debió incrementar sus ganancias prostituyéndose, volando a lo ancho de EE.UU. para coger con mujeres que iban desde esposas de políticos a vírgenes cuyos padres deseaban que él fuera la primera experiencia sexual de sus hijas.
Pocos saben que entre 1976 y 1977, el Rey del Porno se hizo famoso masivamente dando vida a un tonto detective llamado Johnny Wadd. Pero mientras la insoportable serie lanzó a Holmes a la notoriedad, sus tempranas y profusas apariciones para la distribuidora porno Swedish Erotica saturaron EE.UU. La compañía entendió la importancia del “star-system” mejor que nadie en el cine porno y convirtió a dos desconocidos como John Holmes y Seka en superestrellas de los medios.
Cerca de 1972, el actor había rodado numerosos cortos en Europa para Color Climax, una famosa productora y distribuidora de películas y revistas. Montadas sobre la fama que empezaba a tener Holmes, enseguida llegaron a EE.UU. para ser consumidas como pan caliente. Lo concreto es que a partir de 1977 se convirtíó en “el Rey del Cine Porno” y productores, directores, actrices y público supieron que las películas de sexo se dividían entre las comunes y las que tenían a John Holmes como protagonista.
De ahí a la leyenda medió en un solo paso. Los rumores sobre la cantidad de mujeres que tuvieron sexo con él aumentaron desmesuradamente y en proporción directa con el tamaño de su pene. Incluso, cuando una empresa lanzó un elongador peneano y su imagen apareció promocionándolo, terminó convirtiéndose en un ejemplo a seguir por muchos hombres.






La película equivocada
La policía lo llamó “el asesinato de los cuatro en el piso”, que es como los asesinados aparecieron el 1° de julio de 1981 por la mañana en el 8763 de Wonderland Drive, justo enfrente de donde se encuentra la mansión en que fuera asesinada Sharon Tate. Dentro, cuatro cuerpos salvajemente golpeados estaban esparcidos como muñecos de trapo.
Holmes fue arrestado e interrogado. Las victimas -una banda de distribuidores de cocaína- habían sido “amigos” de él. Después de su liberación Holmes desapareció hasta el 30 de noviembre de 1981 cuando fue arrestado mientras trabajaba de “botones” en un hotel de Florida. Cuando volvió a Los Angeles fue acusado de haber participado en la masacre: una huella de la palma de su mano sobre una de las paredes de la casa era suya. Además, Eddie Nash -un traficante libanés propietario de un night club de quién Holmes dependía para conseguir droga- y su enorme guardaespaldas negro habían estado espiando la casa durante la masacre y acusaron al astro.
Así, Holmes estuvo 110 días preso, pero dos hechos hicieron cambiar de opinión a la Justicia. Nash fue a la cárcel por distribuidor de cocaína y Holmes se acogió al derecho del “arrepentido”. La revista “Hollywood Reporter” de la época afirmó que mientras se producían los asesinatos Holmes fue encañonado y luego fue llevado a otra localidad donde fue liberado y regresó a la escena del crimen donde se encontró con los cadáveres. Por su parte Sharon Holmes dijo que se marido le confesó haber estado en el lugar y haber sido forzado a presenciar los asesinatos. Una vez más, la representación de esas escenas en Boogie Nights son excelentes y la construcción de la tensión previa a los hechos es de lo mejor que se hizo en el cine al respecto.





Polvo del cielo, ceniza de decadencia
Si el pene de Holmes incidió en su vida y caída, la cocaína fue la gran cómplice. En los comienzos, refiriéndose a la estimulación en los sets de filmación, el actor dolía decir que consumía “solo un poquito”, pero lo seguro es que más tarde la aspiraba hasta hacerse sangrar.
En una de las últimas entrevistas obtenida por la revista Hustler y realizada después del crimen el astro dijo que “en menos de dos años me patiné un par de departamentos, mi casa, dos negocios y mi carrera; no sólo me patiné esos u$s 750.000 sino que me convertí en un vendedor de drogas persiguiendo personas que en otras circunstancias hubiera evitado”. También confesó que empezó con las drogas en 1979 con dos o tres toques al día. En un momento en que su vendedor habitual le falló, conoció a otro “dealer” -el famoso Eddie Nash-. El personaje le gustaba el ambiente del porno y era fanático de Holmes. A través de un “préstamo” de u$s 10.000 en cocaína Nash terminó teniendo al actor como mascota. En tanto, Holmes utilizó la droga para poseer la energía necesaria para mantener las excelentes performances en sus sesiones de fotos y películas incluyendo los 5 o 6 cortos que estaba obligado a hacer por mes para la Swedish Erotica.
Vale aclarar que el porno no fue más que un microcosmos de Hollywood en lo que a abusos de cocaína respecta. A fines de los '70 esa droga fue el aceite del negocio y el combustible de los intérpretes y directores que creían que podían dominar al “polvo del cielo”. De acuerdo a informes propios de la productora y distribuidora, la cocaína era moneda corriente en los estudios de Swedish Erotica tanto delante como detrás de cámara.




El juego del final
John Holmes y Paul Vatelli, un director de la factoría Swedish Erotica, trabajaron juntos en 1980. El realizador, que se proyectaba al exterior como un “macho, en realidad era un masoquista cuyos juegos de autohumillación podía hacer empalidecer al Marqués de Sade. Esta situación lo llevó a probar de todo y, tal vez, hasta la verga más famosa del Mundo.
Holmes aparentemente disfrutaba del sexo con mujeres pero alguna vez insinuó que era bisexual. “Me considero un ser sexual” dijo pero aseguró que podía aceptar un trabajo homosexual si la paga era buena.
Si Holmes contrajo sida de una relación anal homosexual pudo haber sido con alguien que murió antes que Vatelli en 1984. Y el astro tuvo sexo anal con Joseph Yale en el film Los Placeres Privados de John Holmes (1983, bingo para quien la encuentre), única película gay del actor. La joven Laurie Rose –más conocida como Misty Dawn “la reina del Sexo Anal”-, segunda mujer de Holmes dijo que el astro solicitó que hubiera una mujer desnuda posando fuera de cámara para poder excitarse y mantener la erección. Un año después Yale moría de sida.
Algunos estiman que el actor pudo adquirir la enfermedad en prisión. Otros, como su ex socio y amigo Bill Emerson creen que el superastro, estaba obsesionado con prostitutas muy peligrosas por el tipo de servicios que prestaban. Da la impresión que el actor habría jugado una especie de “ruleta rusa” con el sida. Por ejemplo, Mientras Holmes filmó El Diablo en Mr. Holmes con la explosiva Tracy Adams y Amber Lynn  probablemente sabía que tenía sida y no dijo nada. Inclusive se temió por la vida de la Cicciolina con quien junto a las pornstars nombradas había filmado La Caída del Imperio Romano.
Como con toda su vida John Holmes trató de mantener la leyenda viva convirtiendo la causa de su fallecimiento en otra mentira. Un día después de su deceso la venta y alquiler de sus videos tuvieron un alza nunca vista desde los días en que fue acusado de asesinato. Holmes -el hombre- había muerto hacía años. Holmes –el producto- se hizo inmortal.  

                               
(C) Ariel Testori                        



                               


Películas sobre John Holmes:
Wonderland, 2004, James Cox (ficción).
Boogie Nights (Noches de Placer), 1997, Paul Thomas Anderson (ficción).
E! True Hollywood Story – John Holmes and the Wonderland Murders, 2000, Episodio (documental)
Exhausted: John C. Holmes, 1981, Julia St. Vincent (documental).

Películas sobre el género porno:
Middle Men, (2009),George Gallo (ficción)
9 to 5 Days in Porn, 2008, Jens Hoffman.  Se estrenó en el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires. (documental)
Thinking XXX, 2004, (documental)
Fluffy Cumsalot, Porn Star, 2003, (documental)   Nathan S. Garfinkel (documental)
The Fluffer (El estimulador), 2001, Wash West y Richard Glatzger (ficción)
Porn Star: The Legend of Ron Jeremy, 2001,Scott J.Gill (documental)
Rated X, 2000, Emilio Estevez (ficción)
Una noche con Sabrina Love, 2000, Alejandro Agresti (ficción)     
Orgazmo, 1997, Trey Parker, (ficción)


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