lunes, 26 de septiembre de 2011

LOS EXTRATERRESTRES Y EL SECRETO DE MONGUITO


El entonces prolífico "hacedor de éxitos populares", Enrique Carreras, cada año invadía las salas cinematográficas del país en simultáneo con nuevas obras para su consumo masivo. Mientras tanto el inigualable duo-capocómico Olmedo y Porcel reventaban boleterías con las famosas comedias zarpadas durante la época del temible proceso de reorganización nacional. Con la mano de un astuto y vivaz director capacitado para la comedia de sketches, Hugo Sofovich, realizaron sus mejores títulos. Aún así,  luego de agotar ideas y recursos del cine picaresco italiano -con el famoso "quiero y no puedo"- la fórmula, la moda y los tiempos habían cambiado. Los éxitos para tener en cuenta venían de los films de Adriano Celentano, como El Fierecillo Domado, o La Jaula de las Locas y cualquier blockbuster de Hollywood. La posta la tomó Carreras y las películas del gran dúo ya no serían para mayores de 18 años sino más bien para todo público, es decir para toda la familia. A contramano del destape nacional, se terminaba la dictadura y comenzaba la democracia. Con títulos mas bien zonzos  y con sketches más viejos que la escarapela, el dúo sostenía estas películas como podía. El público igual alentaba. Salvo "Miráme la Palomita" -que en su momento fue calificada para mayores de 18 años y a mi entender es una de las peores en su realización y resultado, compartiendo el podio con El Profesor Punk (ya sin Olmedo)- realizaron juntos diez títulos para todo público, entre ellos "Los Extraterrestres". Aquí es donde cabe un dato interesante del cual prácticamente no había registro.





Los Extraterrestres”(1983)  obviamente hace alusión al éxito mundial de ese entonces "E.T. The Extraterrestrial" (1982) (esta moda inspiradora se repitió en México, Italia, Turquía, España, China, Indonesia y varios más...).  



Lo cierto es que los artífices del asunto ya tenían escrito el libro en menos de una semana, pero lo más importante era cómo conseguir al Extraterrestre. En materia de efectos especiales Argentina no contaba con especialistas capacitados. Era necesario aprovechar al máximo el impresionante éxito de E.T. que seguía en cartel y estrenar cuanto antes. Los estudios Baires mientras tanto realizaban un joint-venture de cuatro títulos entre el el rey de la clase "B" Roger Corman con su nueva compañía Concorde (que acaba de vender New World Pictures) y el director argentino Héctor Olivera -reconocido por su mítico film "La Patagonia Rebelde"- con su productora Aries. La realidad indica que los costos de producción eran muy bajos y eso resultaba muy beneficioso para que el crew estadounidense filmara aquí.



Durante el rodaje de Deathstalker, bautizada impunemente en estas tierras como "El Cazador de la Muerte", el especialista en efectos especiales fue John Carl Buechler, un señor de frondoso curriculum dedicado exclusivamente al make-up en el género fantástico Hollywoodense con su empresa Make-up and Mechanical Imageries. Su asistente en esa película fue el argentino Alejandro Chionetti. Para salvar el apuro la producción de Aries convocó a Buechler para  la realización de un extraterrestre. El especialista aún no había culminado su tarea en “Deathstalker” pero pudo bosquejar un diseño basado en el .E.T. de Carlo Rambaldi (su creador original).



Como no había tiempo y dinero suficiente la creatura no podía ser animatrónica, así que básicamente se limitó el trabajo a una cabeza y ojos apenas movibles. Además se construyeron dos manos con antebrazo y un dedo con encendido lumínico.  Un señor enano -al igual que en E.T.- sería el encargado de vestirse con una especie de solero azul  y mover el casco. Este sería luego bautizado en el rodaje como “Monguito”. Chionetti estuvo presente en el rodaje supervisando el muñeco  especial mientras John Carl Buechler volvía a su país antes que alguien se diera cuenta de lo que había concebido y su reputación quedase cuestionada.

(c) Uriel Barros

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