sábado, 23 de julio de 2011

KING KONG MURIÓ EN ARGENTINA


Año 1977, Argentina. El estreno cinematográfico más esperado del año por fin ha llegado. Una colosal adaptación del clásico entrañable y magistral cult-movie  de 1933, ahora realizada  en color, sonido estereofónico y una super-producción mastodóntica capaz de mandar a construir un simio de 17 metros que se mueve, para lucir gigantesco y espectacular.
Probablemente la construcción de este artefacto fue el mejor argumento de venta que esta nueva versión pudo tener. La expectativa generalizada por ver el asombroso simio era tal que la gente creía que King Kong caminaba y se movía maravillosamente gracias al fascinante mundo de la robótica. La información oficial acerca del film era escueta y hasta confusa. Carlo Rambaldi  (creador entre otros del tiburón de “Jaws” que Spielberg tanto odiaba) especialista en efectos especiales  y construcciones mecánicas, cada vez que daba notas a la prensa daba a entender que su gigantesca creación estaba presente en casi toda la película. Mirando hoy esta película me pregunto cuántas escenas filmadas con el armatoste habrán descartado del montaje final.
La decepción ocurría mientras veíamos la película y el simio tan vendido resultaba ser finalmente un hombre disfrazado en traje de gorila! (fantástico traje y movimientos por cierto), cortesía del especialista y futuro maestro de efectos de maquillaje Rick Baker).
Apenas unos cuantos primerísimos primeros planos, y sobre todo una escena de parado y cuerpo entero coronado como el rey de la jungla en la gran ciudad y frente a la muchedumbre donde los flashes lo ponían nervioso. En esa escena es donde el trabajo de Rambaldi y el presupuesto de 3.000.000 de dólares proveído por De Laurentiis aparecían en todo su esplendor. La realidad indicaba que el muñeco gigante durante todo el metraje no llega aparecer ni siquiera unos míseros 30 segundos.
Aún así el film, con un costo de 24 millones de dólares, fue un suceso de público, la crítica la despedazó y Laurentiis ya estaba pensando en una secuela…que vendría 10 años después con resultados mucho peores.

Nuestra anécdota comienza un año después del estreno del film en Argentina, 1978, año del mundial de fútbol que se celebraba precisamente aquí. El gobierno militar presidido por el General Videla era denunciado en todo el mundo por entidades de derechos humanos y periodistas de prestigiosos medios por las reiteradas torturas, abusos y desapariciones de miles de personas. El fabuloso torneo era el evento perfecto “…para demostrar al mundo que el pueblo argentino está feliz y aquí no se tortura a nadie” rezaba la prensa comprada de época.
Incluso las autoridades militares invitaron a la actriz Lindsay Wagner protagonista de la serie televisiva “La mujer Biònica” (Bionic Women) a abrir el Torneo de Fútbol pateando la pelota con una patada biónica, bastante fallida por cierto. Esto se vio en todo el mundo. Era evidente que al general Videla le interesaba el mundo de la fama y las luces de Hollywood, elementos de pantalla para tapar crímenes de lesa humanidad.



Volvamos a Kong…
Con bombos y platillos se anunciaba que el gigantesco simio de la película de Dino de Laurentiis, King Kong, vendría a la Argentina y estaría en el predio de la Sociedad Rural Argentina. Una noticia increíble sobre todo para los niños , curiosos y gente en busca de nuevas emociones.
Resulta extraño que una empresa marítima del estado llamada ELMA fuera la encargada de transportar en las bodegas desde Montevideo, Uruguay (luego de ser embarcado en Los Angeles en los estudios Universal)  los 20 enormes cajones con sumo cuidado y sofisticados elementos de seguridad previniendo cualquier inconveniente que pudiera  suceder con el navío camino a Buenos Aires.

Mas extraño aún resulta que la rimbombante publicidad en medios oficiales de la llegada de King Kong a la Argentina fuera nota diaria en todos los medios. De hecho los cinco camiones y dos semirremolques que transportaban los cajones con el simio desarmado desde el puerto nuevo de Buenos Aires hasta el predio de “La Rural” se dirigían por la pintoresca y transitada Avda. Santa Fe de contramano y cortada al tráfico habitual especialmente para la ocasión, reservada exclusivamente a eventos notorios e importantes  como la visita de su santidad Juan Pablo II en 1982.
Fue tal la expectativa, que la llegada de Kong fue televisada en vivo y en directo en el canal oficial (ATC). Para esto se contrató a la conductora Pinky (famosa por entrevistar a celebridades varias como Henry Kissinger, John F. Kennedy, Cassius Clay o Alain Delon) para que relate la llegada de King Kong y sirva de partenaire como una Jessica Lange del subdesarrollo.



El espectáculo denominado “El show de King Kong, la octava maravilla” prometía, al menos en los avisos publicitarios,”… un gran elenco, luz, color, magia y titánicas luchas junto a la actuación de King Kong…”
“El show” consistía en algunos números circenses nada espectaculares y un locutor micrófono en mano, contando las peripecias de Kong cuando fue cazado por el “Capitán Drake” y haciéndonos saber cosas increíbles como que el enemigo número uno de Kong era Superman (en esa época la película protagonizada por Christopher Reeve estaba de moda y era un hit). El locutor iba creando climas de misterio acerca del mal carácter de Kong junto a un payaso de poca gracia que solía hacer bromas más bien lamentables. Hasta aquí el simio no se presentaba; sin embargo por encima de las cortinas se dejaba ver parte de su cabeza. Cuando los niños empezaban a aburrirse y corretear entre las butacas de la improvisada carpa, un potente grito gutural daba por comenzada su participación en el show.
Su imponente figura de 17 metros de largo lo mostraba con grilletes y cadenas.
Al instante se observaban sus limitados movimientos, abría su boca, sonreía, movía sus ojos, y se movían los brazos, sus manos y sus dedos. El brazo izquierdo no se elevaba como el derecho,”… era como un ascensor que no lograba subir…” diría años después Jorge Paccini, el locutor invitado; “…todo era muy improvisado y la gente solía enojarse…”  El tosco y rígido artefacto comenzaba a mostrar signos de decadencia. Los niños invitados a formar cola por el infame payaso, le hacían preguntas y Kong las respondía (¡!!???) Así nos enteramos que King Kong hablaba y era hincha de Boca Juniors y amigo de “El Increíble Hulk”. Cuando ya habían pasado 15 minutos de comenzado este show el payaso hacía enojar a Kong hablándole del Capitán Drake y éste rompía las cadenas; el locutor advertía al público que corriera por su vida a la salida de emergencia y las cortinas tapaban rápidamente a Kong. Fin del espectáculo.15 minutos, 2 horas de cola, 1.500 pesos de la época.
Sobre la salida de la carpa, se observaba una mano suelta de Kong bastante menor en tamaño a la de la película lista para que los niños convencieran a sus padres de que les tomen una fotografía, bastante cara por cierto. También podían optar por pedir que les compren los globos de Kong, el cuento para pintar, el disco o los deprimentes muñecos mal pintados.      
El ingeniero Eddie Surbin manejaba detrás del telón una consola que interpolaba las energías eléctricas e hidráulicas para posibilitar los movimientos de Kong. La voz del famoso gorila no provenía de sonidos programados, se trataba de deformaciones acústicas que generalmente hacía el mismo ingeniero.

Semana tras semana, el éxito de Kong se mantuvo por cuatro meses. Entrado el verano, en enero, la idea de los empresarios que trajeron a Kong era hacer una temporada veraniega en la ciudad más concurrida de las vacaciones: Mar del Plata. El plan era hacer esa temporada y luego partir rumbo a Río de Janeiro, luego Venezuela, Mexico y finalmente regresar a Los Angeles.
Corrían los primeros días de enero y los diarios locales y carteles anunciaban que King Kong estaba en Mar del Plata. Lo cierto es que debido a dificultades técnicas y de estructura debió atrasarse el estreno aproximadamente un mes. El lugar donde se desarrollaría el evento era el famoso estadio de Boxeo llamado Bristol. Fue necesario levantar muros de contención y realizar excavaciones para ganar la altura necesaria con el objetivo de que Kong, erguido, pudiera caber debajo de una enorme carpa inflable. Así el lugar se reconvirtió en una especie de anfiteatro; todo esto construido en tiempo record, apenas un mes, suficiente tiempo para augurar una pérdida importante de público, sobre todo porque se sabe que el mes de enero es el más importante en afluencia de gente de la temporada veraniega.
También aquí se complementó el show con números circenses de acróbatas y music hall ; el show ahora duraba un poco más de media hora y costaba más del doble de lo que había costado en Buenos Aires.



El turismo no acudió como se esperaba, se observaban muchos espacios vacíos entre las butacas y muchos en Buenos Aires ya lo habían visto así que no tenía sentido volver a ver un espectáculo tan pobre y tan caro.
En febrero continuó la merma y la temporada terminó.”El show de King Kong en Mar del Plata” fue uno de los fracasos más importantes en materia de espectáculos que se recuerde en Mar del Plata. Se perdió mucho dinero, y las demandas y las deudas millonarias comenzaron a pesar sobre los hombros de los responsables del asunto.
En marzo de ese mismo año la empresa que realizó y armó la carpa la retiró dejando a la intemperie al pobre Kong. El público se había ido y King Kong quedó solo con la mirada perdida puesta en el mar, quizás con esa esperanza de volver a Manhattan o Los Angeles o mejor aún a La isla Skull, su verdadera casa.
Abandonado como gigantesco desecho colocaron una lona sobre su cabeza para que nadie se diera cuenta de que King Kong permanecía inerte esperando resolver su futuro y viajar a Brasil.
Los meses transcurrían y Kong permanecía allí. La humedad, la lluvia otoñal y por último el frío invierno de la costa comenzaron a deteriorar el pelaje de crin original de 600 caballos argentinos. La consola de movimientos tapada con otra lona comenzaba a oxidarse. La muerte de Kong acechaba día tras día; ya nadie hablaba de Kong, ni siquiera los secuaces del aparato represor del General Videla. Ese mismo año (1979) visitaría el país traído por el canal oficial ATC, Lou Ferrigno, más conocido como “El Increíble Hulk”, justamente “el amigo de Kong”. Ahora le tocaba a otra bestia recibir al público Argentino.
La Sociedad de Derechos de Autor para la música Argentina –SADAIC- finalmente embargó al gigantesco muñeco solicitando una deuda con intereses por derechos musicales no abonados y explotados sin autorización de los autores. Si bien no era un espectáculo musical, durante el show y la espera se escuchaban temas disco de moda, desde Bee-Gees hasta Palito Ortega.
La empresa de Rio De Janeiro también se hizo escuchar. Y los licenciatarios estadounidenses del enorme simio pedían las cabezas de los argentinos. Eran estos mismos licenciatarios los dueños de los dos únicos modelos de King Kong que se mantuvieron intactos en los Estudios Universal de Florida hasta hace un par de años atrás, cuando fueron devorados por las llamas del incendio que azotó dichos estudios.
Por otro lado la codicia de los inescrupulosos empresarios que armaron este espectáculo en complicidad con gente del gobierno terminaron  acrecentando sus deudas de locación de alquiler por el estadio Bristol. Los dueños del predio tuvieron que ingeniárselas para montar con una grúa a Kong y transportarlo a otro lado donde no moleste, pues nadie allí pagaba la renta. Así Kong viajó una vez más y  ya sin levantarse fue depositado en las afueras de la ciudad de Mar del Plata a metros de una villa miseria y a cuadras de la cárcel de Batán. Allí, arrojado como basura, el artefacto de 3 millones de dólares, quedó mezclado entre los escombros y la inmundicia del lugar. Legiones de ratas se devoraron el pelaje y hasta el látex que cubría a la octava maravilla del mundo. La agonía de Kong duró un par de meses. Estoico, luchó como pudo, ya sin piel y dejando entrever su fisonomía metálica. Los lugareños de la humilde villa vieron en Kong un regalo del cielo; toneladas de metal para armar paredes y cubrir techos a sus ranchos. Los Niños descalzos jugaban en el interior del moribundo Kong arrancando cables y mangueras hidráulicas como inocente divertimento sin saber que yacía sobre sus desnudos y sucios piecitos el rey de los monstruos. El rey Kong, derrotado por la inescrupulosidad y codicia vergonzante, perdido, ultrajado y devorado por la miseria y la corrupción.

Primeros días de Noviembre de 1979. Aunque no hay una fecha exacta, quizás el día 8 sea la fecha en que el rey Kong murió. La misma en la que Willis O’Brien, el creador, animador original y padre de King Kong,  falleció en 1962  

viernes, 1 de julio de 2011

RON JEREMY : NO SOLO ES CUESTION DE TAMAÑO..., PERO COMO AYUDA





Por Ariel Testori


A partir de 2009 Ron Jeremy fue elegido como “La Estrella Porno de Todos los Tiempos” por la AVN Magazine (la Biblia periodística del cine para adultos). En un orden de 50 actores y actrices, Ron fue elegido primero, Jenna Jameson 2da., John Holmes 3ro. y Linda Lovelace 4ta. Pero antes hubo una historia con sus altas y sus bajas.


En 1986 este extraordinario semental empezó a cambiar. Si bien siempre había tenido un cuerpo poco estilizado y con abundante pilosidad, hasta ese momento nunca había tenido ningún problema estético. Pero empezó a perder la línea y una panza prominente se hizo su compañera. Sus detractores aprovecharon la ocasión y -por primera en el ambiente del cine porno- la cuestión estética fue más importante que el largo de un pene, el tamaño de los pechos o el control de una eyaculación.
Sin embargo, la última palabra no estaba dicha para Ron Jeremy que a fuerza de presencia, su descomunal miembro y una convincente técnica sexual se ganó un lugar en el hall de la fama del cine condicionado.


El último de los amantes ardientes
Ron “El Erizo” Jeremy tiene una larguísima y variada carrera en los films de sexo desde que debutó allá por 1978. Trabajó en más de 1.700 películas y videos y dirigió 250 y a lo largo de su historia contestó con una verdad de hierro: el amor por su trabajo. Siempre tuvo claro que ser un semental era su profesión y para eso vive.
Este actor que ya comparte un sitio junto a John Holmes, Harry Reems, John Leslie, Jamie Gillis y Paul Thomas, es un enamorado de Nueva York, la ciudad que lo vio nacer, crecer y graduarse como master en Educación para Niños Especiales (con retardos mentales).
Pero Ron se marcó otro camino. Entre idas y vueltas de su vida, una fotógrafa amiga de una novia descubrió que lo que pendía entre sus piernas (25 cms. puros y gruesos aunque a simple vista parezcan muchos más) más sus condiciones histriónicas podía tejer un rumbo seguro en un negocio más director y rentable: el mundo porno, y mando una sesión fotográfica a la revista Play Girl.
La aventura porno de Jeremy comenzó en plena época de oro del género y sus compañeros y compañeras de trabajo fueron los históricos. A lo largo de sus 33 años de carrera entre humedades y pechos siempre se vio relegado a papeles secundarios y chistosos. Pero por lo que aprendió y cómo se desempeña en el negocio su puede afirmar que es el último actor clásico del cine para adultos. Más allá de haberlo hecho y habérselo hecho a las mujeres más hermosas y ardientes de la historia del cine porno (la tetona Buffy Davies -con una de las escenas más tórridas de sexo anal de la historia del porno-, la excelente oriental Mai Lin, y las legendarias Marylin Chambers, Traci Lords y Ginger Lynn) cuando se le pregunta quien fue la actriz con la que mejor lo hizo, Ron reconoce a Tabhita Stevens, una actriz que no tuvo mucho peso en el género.








Un mundo de anécdotas


Obviamente, a partir de experimentar tantos años en el cine, Ron Jeremy es una leyenda viviente plagada de anécdotas relacionadas con el sexo.
“Una noche estábamos con Mai Lin (excelente actriz porno de los '80 y una de las primeras orientales en la industria) compartiendo una habitación de hotel después de un duro día de filmación y sabíamos que al día siguiente iba a ser peor. Le estaba masajeando la espalda y el resto del equipo dormía. Sentí que su hermoso cuerpo empezaba a electrificarse con mis caricias y entonces tuve una erección increíble. Empezamos a coger y ella lanzó un gemido que podía despertar a un muerto. Yo sabía que si los del equipo descubrían que estábamos cogiendo fuera de cámara nos mataban porque lo teníamos que hacer por trabajo a la mañana siguiente temprano. Entonces le pedía por favor a Mai que se callara, pero se sabe que pedirle a ella silencio durante una sesión de sexo es como pretender que un cura se haga judío (la actriz fue famosa por sus “conversaciones”, gemidos e insultos que profería mientras tenía sexo). Al día siguiente la filmación fue un fracaso, se tuvo que suspender y nos aplicaron una fuerte multa. Pero que importó, nosotros -o al menos yo- tuvimos el mejor polvo y eso es bastante” rememora Ron.
En tren de confesiones, Jeremy también contó que la escena más excitante que le tocó vivir no se desarrolló en un set de filmación sino durante una sesión fotográfica. “Estábamos haciendo fotos para un libro de educación sexual nada menos que con Marylin Chambers. Había que simular posiciones y penetraciones y yo estaba muy caliente. Cuando el fotógrafo vio que se me paraba, me dijo que no había problemas, que el seguía fotografiando. Casi de sorpresa se la puse a Marylin y ella me aceptó gustosa”.
Ron Jeremy también es cultor de uno de los más inusuales actos en el ámbito porno. La habilidad que posee para hacer una autofellatio puede ocasionar la envidia de algunos pero seguramente provoca la curiosidad de cualquiera. Con mucha práctica y años de experiencia, el actor se contorsiona (ahora no tanto, por una panza que da la buena vida y el buen vivir) y no tiene inconveniente en mamársela a sí mismo. Para los que no la crean, sus trabajos de autoerotismo pueden apreciarse en El Diablo en Miss Jones Parte 2, Inside Seka o Lips, entre otros. Cuando se le preguntó sobre sus habilidades para masturbarse de manera tan particular, Jeremy dijo que “es algo muy 'kinky', que golpea a cualquiera, pero no lo disfruto. No soy bisexual, entonces, mientras hay una mitad en mí que puede estar disfrutando con la sensación que provoca tener un pene entre los labios y que sea chupado, está la otra que me grita '¡hey, sacatela de encima!'”. En el ambiente se cuenta que John Holmes le pidió que le enseñara cómo hacerlo y Jeremy accedió. Desde ese momento ambos se hicieron muy buenos amigos.
Finalmente, también cabe recordar que en sus comienzos y hasta pasados los '90 -cuando decidió cambiar los aires y se fue a filmar a Europa (principalmente a Italia)- Ron fue un personaje que contó con los favores pero también con los odios de muchas “stars” del porno. Entre las que más lo criticaron por su pilosidad, copiosa transpiración, suciedad y mal humor (y tal vez con eso hayan iniciado la mala fama del actor) se encuentran nada menos que Traci Lords y Ginger Lynn. En defensa del viejo y peludo “Puercoespín”, se puede decir que tiene más pelo que un felpudo pero no es amanerado o gay como los sementales de postales que lo eclipsaron después de su época de oro allá por los '80 o inundan la actual internet.






La carrera del final


La veta actoral que siempre llevó adelante Ron Jeremy se le descubre a través de su faceta cómica puesta de manifiesto en films como Una noche en Nueva York en que se presta a un inédito duelo de penes; o en El hombre bi-falico en que se parodia a sí mismo, o en Las aventuras sexuales de la Familia Maddams en que da vida al tío Pesters creando una original parodia del famoso tío Lucas, o en Desire en la que se coge a una muñeca inflable en cámara.
Y gracias a esa cualidad actoral y su perseverancia se convirtió en el actor porno que realmente dio el salto al cine convencional. Es el único que hizo una gran cantidad de trabajos para el cine masivo sin abandonar las camas del cine XXX.
En 1984 Jeremy confesó que algún día esperaba poder atravesar la frontera hacia el cine tradicional. Y de hecho lo hizo debutando en Ni un paso en falso (1986) en la que se lo ve en una fiesta del “ambiente” muy parecida a las reales y en compañía de otras estrellas del porno como Amber Lynn, Peter North, Sharon Mitchell y Tom Byron. Después vino la extraña Killing Zoe (1994) en un cameo como personal de seguridad. Y más tarde un papel coprotagónico en la inclasificable Orgazmo.
Entre sus últimos films se pueden señalar Finishing the Game (2007) -en la que además de trabajar con varias estrellas porno también lo hace con la tetona israelí Daphne Rosen-, Homo Erectus, One-Eyed Monster (donde comparte cartel con la legendaria pornstar Veronica Hart), Finding Bliss, Loaded, y Stone & Ed, todas en el 2008.
En la actualidad, al referirse al mundo del porno y su futuro, respecto a un posible retiro del cine porno Ron dice “me retiraré cuando una mañana me despierte y encuentre mi pene debajo de la almohada. O si estoy corriendo y escuche que se me cayó al pasto. En la actualidad sigo haciendo porno porque mi pene funciona, mientras él trabaje seguiré filmando porque es divertido, se paga bien y lo quiero; pero que ahora estoy haciendo más películas convencionales, es seguro”.
Cuando le preguntan sobre el ambiente y sus protagonistas él explica que “con viagra todo el mundo puede ser actor porno, pero solo un puñado de tipos pueden durar mucho tiempo. La industria sigue buscando más parejas. Muchos hombres entran en el ambiente por joda y los representantes reciben cientos de llamadas por día de tipos ofreciéndose y solo 20 de mujeres que son las que se buscan. Los hombres no son tan importantes en los films pornos heterosexuales. Yo les digo a los hombres: si quieren entrar en el cine para adultos traigan una chica. Es así de simple y después llamen a alguna de las agencias especializadas. Díganles: mi chica y yo queremos empezar. No importa como luzca el tipo, lo importante es la chica. Para ser un actor exitoso lo que se necesita es un buen sentido del humor para tratar con algunos de los locos que hay y un pene que puedas usar como taco de billar”.
Y sobre el fenómeno de internet, con mucha certeza y claridad dice “yo soy maestro de escuela y educador y pienso que internet fue el regalo más grande del Mundo contemporáneo pero también pienso que puede ser mala. Y si no miremos nuestra industria: nos pusimos contentos en el comienzo y ahora se comió el negocio. Es algo similar a lo que sucedió con la industria del rock 'n roll ¿dónde están ahora Tower Records o Tower Video. La mayoría de nuestras productoras han cerrado o se han vendido, AVN despidió empleados y se predice que en 5 años más no habrá más DVDs. Entonces el negocio del porno está siendo literalmente destruido por internet”. Y esto sin hablar de la mala calidad que tiene el porno por internet.
En 2007 el actor pareció sentir la cercanía de un supuesto final y escribió el libro “Ron Jeremy: the hardest (working) man in showbiz” (algo así como “Ron Jeremy: el (trabajador) más duro en el mundo del espectáculo”). El libro de memorias fue best seller según el New York Times y él, orgulloso, comentaba “creo que el de Jenna Jameson me ganó en América pero yo la vencí en Europa”. Por lo que parece que igual hay sexo para rato.
©Ariel Testori